Monitoreo satelital de agroquímicos como política de Estado
El Plan Piloto ampliará su cobertura a 400.000 hectáreas en 2020 y debe encaminarse a todo el país, como la trazabilidad ganadera y la conservación de los suelos
El Plan Piloto de monitoreo satelital de las aplicaciones de agroquímicos, que se inscribe en la producción de alimentos de calidad e inocuidad con sello ambiental, dio en 2019 un paso hacia su continuidad como política de Estado al cuadruplicar el área de cultivos que alcanzará en 2020.
Al igual que la identificación individual del ganado vacuno o trazabilidad, a comienzos de la década de 2000, y los planes de uso y manejo de los suelos a partir de 2010, el proyecto de Gestión y Monitoreo de Aplicaciones (GMA) de agroquímicos, que impulsa desde 2018 la Dirección General de Servicios Agrícolas (DGSA) mediante un acuerdo con la Asociación Rural de Soriano (ARS), es innovador y distingue a Uruguay en el mundo.
“Un país como Uruguay, que quiere ser productor de alimentos de calidad e inocuidad, debe transitar por el camino de la diferenciación”, afirmó el director de la DGSA, Federico Montes. En esa senda se sitúa el proceso del proyecto GMA de agroquímicos, “una herramienta innovadora que, a partir del uso de agroquímicos en la agricultura, representa una visión de país”.
Esa visión estratégica se puede graficar en las crecientes exigencias de los mercados que compran alimentos, al punto que Montes advirtió que “en breve” habrá países que priorizarán el respeto a la salud humana y el medio ambiente en la producción de alimentos.
El monitoreo en marcha
El sistema de monitoreo funciona mediante un dispositivo que va colocado en las máquinas terrestres y aéreas de aplicación de agroquímicos, que permite el seguimiento en tiempo real de las fumigaciones y fertilizaciones que se realizan sobre los cultivos y, de esa manera, advertir con anticipación posibles conflictos con centros urbanos, poblaciones o escuelas rurales.
En el momento de la aplicación, la máquina envía la información a una computadora y es recibida al mismo tiempo por el empresario que la está realizando y por los técnicos de la DGSA.
El Plan Piloto que empezó en octubre de 2018 involucró a 23 empresas de aplicación de fitosanitarios (19 terrestres y 4 aéreas), un total de 33 equipos colocados y 100.000 hectáreas de cultivos en el corazón agrícola del país. Además, hay un comité de seguimiento bipartito (MGAP-ARS). En octubre pasado, se renovó con la ampliación a un área de 400.000 hectáreas y la meta de colocar 100 dispositivos más en las máquinas y aviones en 2020.
La visión estratégica
Montes subrayó que el proyecto busca convertirse en una herramienta innovadora para los productores y empresas del sector agrícola, al mismo tiempo que otorga garantías a la población en el cuidado del medio ambiente y la salud en un contexto de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA).
El director de la DGSA recordó también que los problemas que se han suscitado con los agroquímicos “han sido por no cumplir con las normas que están vigentes. Si se respetan, no hay problemas”.
El sistema “lo concebimos también como una apuesta a la prevención”, dijo Montes, y remarcó que, a su juicio, “debe trascender a una administración y convertirse en una política de Estado, que se aplique en cualquier gobierno”, como ocurrió con la trazabilidad ganadera y la conservación de los suelos.
Finalmente, Montes subrayó los cuatro requisitos indispensables en el camino de la diferenciación en la producción de alimentos de calidad en el que debe continuar Uruguay: la trazabilidad, la inocuidad, la certificación y el sello ambiental. Además, hay que capacitarse en el uso seguro de fitosanitarios.