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INIA SEPÉ: una forrajera nativa de alta productividad y persistencia

INIA SEPÉ: una forrajera nativa de alta productividad y persistencia

INIA SEPÉ: una forrajera nativa de alta productividad y persistencia,con participación de productores de varias regiones del país y técnicos, se desarrolló la jornada de Paspalum notatum INIA SEPÉ en el establecimiento San Bentos en la localidad de Tambores en Tacuarembó.

La bienvenida estuvo a cargo del productor anfitrión Sr. José Luis Tuneu y del Director Regional de INIA Tacuarembó, Ing. Agr. Gustavo Brito.

Durante la primera parte de la mañana el Ing. Agr. Rafael Reyno presentó al cultivar INIA SEPÉ haciendo foco en los antecedentes del proceso que llevó a trabajar con la especie Paspalum notatum y en las características y potenciales usos.

En el 2005 el equipo del Programa Pasturas y Forrajes se planteó el desafío de trabajar en una especie nativa. La elección del Paspalum notatum se basó en su gran plasticidad, variabilidad genética y presencia en la mayoría de los suelos del país como especie “esqueleto” de nuestro campo natural. En el 2006 se comienza con la colecta de más de 400 plantas de 100 sitios distintos que son luego evaluadas en los sucesivos años. En el 2012 se selecciona el clon de esta variedad. INIA SEPÉ es una forrajera estival perenne de alta producción, con una gran capacidad colonizadora a través de rizomas estoloniformes y buena adaptación a la mayoría de los suelos (con excepción de suelos superficiales y rocosos). Durante las sequías su tasa de crecimiento disminuye sin verse comprometida su persistencia. Tiene además una marcada tolerancia al anegamiento.

En la segunda parte de la mañana, el Ing. Agr. Diego Giorello se focalizó en presentar algunos resultados de la investigación sobre el manejo de esta pastura y recomendaciones para el éxito del cultivo. Se recomienda sembrarla en primavera en forma pura si bien se han tenido siembras también exitosas en otoño asociadas a otras especies. El Ing. Giorello destacó que el ciclo del cultivo va desde noviembre a abril con un pico de producción en el mes de enero. El primer año de implantación es de lento desarrollo por lo que se sugiere un uso limitando de la especie. La producción de forraje a partir del segundo año de implantación puede alcanzar de 6000 a 12000 kg/Ms/ha. Si bien se han encontrado respuestas importantes al agregado de nutrientes principalmente Nitrógeno, la especie puede implantarse, producir y persistir sin el agregado de insumos.

Algunos de los productores con los que INIA está desarrollando una experiencia conjunta con cultivares de diversas especies forrajeras participaron de la jornada y compartieron la experiencia que tienen en el uso de INIA SEPÉ en sus predios. El productor Benito Van Lommel de Rincón del Bonete comentó le objetivo que busca al incorporarla: recuperar la productividad del campo natural de su predio. Por su parte el productor Gustavo Montemurro de Rincón de Tranqueras, Tacuarembó, lo utiliza para controlar a la maleza invasora Capím Annoni. Francisco Bergós de DINAMA, compartió la experiencia de la Colonia Juan Gutiérrez en Paysandú donde un colono está trabajando con INIA SEPÉ con el objetivo de restablecer los servicios ecosistémicos originales de chacras con años de agricultura sin agregados de insumos y mediante la implantación de una forrajera nativa.

Los licenciatarios de Gentos y PGGW por su parte comentaron sobre el trabajo que cada empresa viene desarrollando con esta forrajera.

Al finalizar las exposiciones se realizó una recorrida por las parcelas con los ensayos. Este espacio fue propicio para intercambiar más información entre los técnicos de INIA y los asistentes.

El cierre estuvo a cargo del Ing. Carlos Rossi – Coordinador de la Unidad Técnica de Semillas de INIA – quien resaltó la importancia de contar con esta especie nativa y pidió a los presentes pensar en las “3 P” que caracterizan a INIA SEPÉ. La primera P de Paciencia, pues es una forrajera a la que le lleva un año de implantación. La segunda P de Perennidad, ya que hablamos de una gramínea de perennidad “real”. Por último, la tercera P de Plasticidad; ya que se adapta a una gran variedad de suelos y manejos.

Fuente:INIA Tacuarembó

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