Achaparramiento del maíz
La enfermedad llamada “achaparramiento del maíz”, endémica del norte de Argentina, es causada por cuatro patógenos transmitidos por la chicharrita Dalbulus maidis. Esta plaga es la principal amenaza del cultivo en algunos países de América Latina.
Distribución de la enfermedad. Inicialmente documentada en Estados Unidos por Alstatt en 1945 encontrándose principalmente en áreas tropicales o subtropicales del Continente Americano. Se ha reportado su presencia en países como México (Cervantes et al., 1958), Nicaragua, El Salvador, Venezuela, Colombia y Honduras (Smith & Niederhauser, 1958), Perú (Castillo & Nault, 1982), Bolivia y Brasil (Costa et al., 1971; Costa & Kitajima, 1973), Argentina (Lenardon et al., 1992; 1993; Laguna et al., 1996) y Paraguay (Lezcano Roman & Machado, 1997).
Achaparramiento del maíz: El “achaparramiento del maíz” es causado por un complejo patogénico que involucra cuatro tipos de agentes causales;
- dos mollicutes ó bacterias sin pared celular: Spiroplasma kunkelii y el Candidatus phytoplasma; y
- dos virus, el virus rayado fino del maíz (MRFV) y el virus del mosaico estriado del maíz (MMSV).
Estos patógenos pueden encontrarse en infecciones simples o mixtas, y de ahí lo confuso de la sintomatología.
Síntomas del achaparrramiento del maíz (Fig. 1). Las plantas infectadas manifiestan distintos síntomas, entre ellos: - Clorosis foliar que comienza a desarrollarse desde la base de la hoja.
- Enrojecimiento en el borde de las hojas.
- Estrías cloróticas en la base de las hojas (pueden confundirse con deficiencias de Zn y Mg).
- Acortamiento de entrenudos.
- Espiga (inflorescencia femenina) estéril e inflorescencia masculina infecunda.
- Plantas con multiespigas.
- Aparición desproporcionada de vástagos adicionales (macollos).
- Mazorcas deformadas, con falta de grano.
Estos síntomas pueden manifestarse a lo largo del ciclo del cultivo y la expresión depende de múltiples factores, tales como, la infección mixta de patógenos, temperatura, el híbrido utilizado, presión de inóculo y estado fenológico del cultivo al momento de la infección. Las plantas enfermas senescen anticipadamente, interrumpiéndose el llenado granos, lo que se traduce en pérdidas al momento de la cosecha.
Nombre científico del vector de la enfermedad: Cicadélidos (chicharritas) de la familia Cicadellidae, subfamilia Deltocephaline, incluyendo especies como: Dalbulus maidis, Dalbulus elimatus, Dalbulus tripsacoides, Dalbulus gelbus, Dalbulus guevarai, Dalbulus quinquenotatus, Baldulus tripsaci, Exitianus exitiosus, Stirellus bicolor y Graminella nigrifrons (Maramorosch et al., 1968; Ramírez et al., 1975; Maden & Nault, 1983). Siendo D. maidis el principal vector en las regiones productoras de maíz en América Latina (Nault, 1990).
Nombre común del vector: chicharrita del maíz
Importancia, ciclo, identificación y daño del vector (Fig. 2): El macho adulto de Dalbulus maidis mide entre 3,5 y 4 mm, mientras que la hembra tiene una longitud de 4 a 4,1 mm y se distingue por su ovipositor visible bajo el abdomen, ligeramente más oscuro que el resto del cuerpo. Ambos presentan un color amarillo paja con dos manchas negras redondas en la cabeza y alas traseras traslúcidas que se extienden más allá del abdomen. Las ninfas son de color amarillo traslúcido y carecen de estas manchas. En promedio, la hembra pone 132 huevos durante su vida, a menudo en hileras de 8. Depositan sus huevos debajo de la epidermis del tejido foliar (endofíticos), tanto a lo largo de la nervadura central como en la lámina. El huevo es muy pequeño y de forma ovalada, recién puesto es incoloro y se vuelve de color blanco una semana después.
Estos insectos se localizan rápidamente en las hojas de las plantas de maíz recién emergido, principalmente en el envés junto a la nervadura central. Los adultos son muy activos y al más mínimo movimiento se desplazan volando hacia otras plantas, aprovechando también las corrientes del viento para moverse a distancias mayores.
Los daños directos causados por D. maidis se originan principalmente por la succión de savia por parte de los insectos, e incluyen decoloración y deformación de las hojas, retraso en el crecimiento de las plantas y el desarrollo de fumagina debido a la melaza exudada por las chicharritas, especialmente si la población es alta. Esta última puede reducir significativamente la fotosíntesis.
Los daños indirectos causados por D. maidis incluyen la transmisión de enfermedades como el “achaparramiento del maíz”. La transmisión de estos patógenos ocurre de manera persistente y propagativa, lo que puede resultar en altas tasas de infestación. Esto significa que el insecto puede mantener (persistente) y multiplicar (propagar) los patógenos dentro de su cuerpo a lo largo de su vida, transmitiéndolos de manera continua a nuevas plantas a lo largo del tiempo. Esta capacidad de transmisión eficiente representa una amenaza significativa para la producción de maíz, ya que puede resultar en daños severos y pérdidas económicas importantes.
Condiciones que afectan su proliferación. Inviernos cálidos, siembras escalonadas de maíz a lo largo de la estación de siembra y la presencia de plantas voluntarias de maíz (´maíces guachos´) fuera del periodo del favorecen su proliferación.
Fuente: INIA