5 enfoques de nutricionistas lácteos para reducir el metano
¿Cuáles son exactamente las aplicaciones y opciones para la mitigación del CH4 en la nutrición de los rumiantes y cuándo las veremos en acción?
La población microbiana del rumen es uno de los enigmas biológicos más asombrosos. La evolución de lado a lado de la vaca y el microbioma del rumen ha llenado un nicho ecológico. La degradación microbiana anaeróbica permite una rápida digestión y utilización de material vegetal complejo, produciendo energía tanto para los microbios como para la vaca huésped.
Con una capacidad de aproximadamente 180 litros y más de 20 mil millones de microbios en 1 cucharadita de fluido ruminal, la actividad microbiana es enorme y, de hecho, la ciencia no la comprende completamente. Las bacterias, los protozoos, los hongos y las arqueas comprenden la población microbiana del rumen. El mundo microbiano dentro del rumen está tan especializado que algunas especies (protozoos del rumen) han coevolucionado con rumiantes y animales que fermentan el intestino posterior.
Este dúo de poder, de la vaca y los microbios del rumen, es particularmente efectivo en países como el Reino Unido, donde el 65% de la tierra solo es apta para el cultivo de pasto. La utilización de la tierra con la ayuda de los rumiantes permite convertir los pastizales en una fuente de nutrición proteica humana.
Emisiones
Si bien el uso de rumiantes es fundamental para la producción de alimentos para humanos, también existe un desafío en forma de emisiones de CH4, que los productores y nutricionistas deben manejar en los próximos años.
Más allá de las consecuencias ambientales, la producción de CH4 también puede representar entre el 2 y el 12 % de la pérdida de energía alimentaria. Una pérdida de energía del 10% para una vaca Holstein podría equivaler a 5 kilogramos de producción de leche o una pérdida de condición corporal, particularmente en vacas recién paridas.
Los próximos 5 años traerán el advenimiento de mayores restricciones y regulaciones sobre las emisiones de CH4. Estos provendrán de una combinación de la demanda de los consumidores, la política de procesadores y la regulación gubernamental, especialmente en Europa. Esto debe ser visto por los nutricionistas como una oportunidad para mejorar la eficiencia de la producción a través de una serie de enfoques.
Selección de ingredientes
La selección de ingredientes puede ayudar a reducir el CH4. Las proporciones de producción de ácidos grasos volátiles (AGV) afectan la producción de CH4. Tanto la producción de acetato como la de butirato generan hidrógeno para la metanogénesis. La formación de propionato, sin embargo, utiliza equivalentes reductores. Por lo tanto, aumentar la producción de propionato como proporción de la producción total de AGV dará como resultado una reducción de CH4. El aumento de la proporción de concentrado a forraje se debe hacer con precaución para evitar la acidosis ruminal y se deben considerar alternativas, como los aditivos alimentarios, para ayudar a cambiar el patrón de fermentación sin consecuencias negativas.
Administrar tasa de pasaje
La tasa de pasaje es un factor en la producción de CH4. Una mayor tasa de paso resultará en una reducción de la producción de CH4. Esto está, en muchos sentidos, estrechamente relacionado con la selección de ingredientes para aumentar la producción de propionato. Por lo general, la fibra permanece en el rumen durante 30 a 40 horas; sin embargo, incluir una reserva más pequeña de fibra no digerible (NDFD240) en la dieta dará como resultado una tasa de paso más rápida, una fermentación reducida y, por lo tanto, menos CH4. Nuevamente, se debe tener precaución aquí ya que las tasas de paso más rápidas significan que los microbios del rumen tienen un mayor requerimiento de energía debido a una mayor tasa de división para mantener los números de población.
Centrarse en la calidad del forraje
La calidad del forraje, un enfoque central para todos los enfoques nutricionales, también puede desempeñar un papel en la mitigación del CH4. La mejora de la eficiencia alimenticia, lograda mediante la alimentación con forraje de buena calidad, puede contribuir a la reducción de la producción de CH4 por kg de leche. La madurez en la cosecha es un factor clave a considerar, ya que el material más joven generalmente produce una mayor calidad. Un buen ensilado y almacenamiento son esenciales para producir forraje de calidad, maximizar la conservación de nutrientes y mejorar la eficiencia de la producción.
Aditivos alimentarios
Ha habido un gran trabajo de desarrollo sobre los aditivos para piensos que mitigan el CH4 en los últimos 10 años. Los ejemplos incluyen extractos de ajo, aceites esenciales, compuestos aislados de algas marinas y el 3-nitrooxipropanol sintético. Sin duda, estos estarán ampliamente disponibles en el futuro y se utilizarán como parte de una estrategia nutricional para reducir el CH4. En mi opinión, el factor de éxito para seleccionar dichos aditivos será apuntar tanto a la reducción de CH4 como a la mejora de la producción. Juntos, estos objetivos harán que la incorporación de aditivos sea mucho más fácil mientras se mantienen los ingresos por encima del costo del alimento.
Modelo de predicciones
Hay una serie de enfoques nutricionales que se pueden tomar para reducir el CH4, muchos de los cuales también están alineados con la mejora de la eficiencia de la producción. Para impulsar realmente esto en los próximos 5 años, los nutricionistas deberán utilizar las predicciones de emisión de CH4 en los modelos de formulación de alimentos. Las consultas entre nutricionistas y productores del futuro informarán sobre la capacidad prevista de una dieta para mitigar el CH4. Para lograr esto, es muy necesario un enfoque estandarizado para modelar las predicciones de emisiones.
Los próximos 5 años traerán cambios en la producción lechera de una magnitud que no habíamos visto antes. Los avances científicos en la comprensión de la mitigación del CH4 le han dado a la industria una posición privilegiada para crear aplicaciones exitosas. Estos avances solo continuarán avanzando a medida que las metodologías estén más ampliamente disponibles, particularmente en el campo de la microbiología. Los nutricionistas líderes del mañana darán vida tanto a la ciencia como a la aplicación, llevando la producción láctea hacia un futuro sostenible y productivo.
Fuente:Dairy Global