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Proyecto Ganadería y Clima presentó los datos del diagnóstico

Proyecto Ganadería y Clima presentó los datos del diagnóstico

Durante los últimos 8 meses el proyecto Ganadería y Clima ha concretado el proceso de caracterización y diagnóstico de los 62 establecimientos participantes, relevando datos económicos, productivos, sociales y ambientales de los últimos 3 ejercicios. El martes 8 de diciembre se presentaron los datos obtenidos, la metodología utilizada y las causas que determinan la situación actual

En abril de este año, comenzó el proceso de caracterización y diagnóstico de los 62 predios seleccionados en las 4 zonas del proyecto (centro, este, noreste y norte). Aplicando las medidas de protección y prevención que se recopilaron en una guía específica del proyecto, avalada por la OMS, el equipo de extensionistas centró su trabajo en la reconstrucción de los últimos 3 ejercicios, finalizando de esta manera la primera de las etapas que requiere el enfoque de coinnovación que aplica el proyecto.

 Proyecto Ganadería y Clima

El proyecto pretende implementar prácticas de Ganadería Climáticamente Inteligente (GCI) que apuntan a mejorar la producción, los ingresos de las familias productoras y al mismo tiempo disminuir la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero, aumentar la resiliencia frente a eventos climáticos extremos y restaurar los servicios ecosistémicos del campo natural.

En este sentido, el subsecretario del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Juan Ignacio Buffa, quién realizó la apertura de la actividad señaló que “este proyecto va al punto de levantar información de lo que está sucediendo en los sistemas reales de producción, y es una información especialmente relevante a la hora de determinar cuáles son las vías de mejora de los sistemas productivos y que esas vías estén alineadas con criterios de sostenibilidad y sustentabilidad”.

Para Walter Oyhantcabal, director del proyecto, “Internacionalmente hay una movida muy fuerte para que todos los sectores productivos, no solo en el agro, avancen para contribuir a una economía que sea carbono neutro, y la ganadería tiene potencial para mejorar sus indicadores”.

La gestión de sistemas ganaderos criadores basados en campo natural y los mecanismos de control de los procesos biológicos involucrados, son de alta complejidad, lo que limita la adopción de prácticas de GCI por parte de la mayoría de los productores. Para subsanar esta limitante, el proyecto adopta como estrategia de trabajo en los predios el enfoque de ‘coinnovación’.

El proceso de coinnovación promueve procesos de aprendizaje en todos los participantes, buscando la construcción colectiva de trayectorias de cambio y adaptando las propuestas a la realidad concreta de cada explotación.

El subsecretario Buffa considera que “el enfoque sistémico que tiene el proyecto permite no incurrir en errores de recomendación, tiene un enfoque a nivel de sistema de producción, y sistema de producción son las vacas, el pasto y también la gente”.

Según Oyhantcabal este proyecto pretende “evaluar el impacto de ir cambiando las trayectorias tecnológicas, y este diagnóstico sirve de línea base, además este proyecto tiene otro componente que se relaciona con cómo pueden las políticas públicas darle forma a una estrategia que ayude a generalizar mejores prácticas relacionadas con el manejo de los campos naturales y los ganados de manera de alcanzar todos los co-beneficios mencionados”

Resultados:

Variables sociales

·        Distribución por edades de todos los integrantes de las familias participantes del proyecto:

Gráfica distribución por edad

·        Distribución por sexo de todos los integrantes de las familias participantes del proyecto:

Gráfica distribución por sexo

En comparación con la encuesta ganadera nacional (2016), las familias participantes del proyecto tienen una distribución de edad más baja (más jóvenes) y en cuanto a la distribución por sexo, es más pareja, que los resultados de dicha encuesta.

El proyecto tiene un enfoque de género y busca dar igualdad de oportunidades, así como no enfatizar las brechas de género, por este motivo, se buscó que un porcentaje importante de los predios fueran liderados por mujeres. El resultado es que el 27% de los predios del proyecto son liderados por mujeres, el 40% tienen alta participación de mujeres en la toma de decisiones y en las actividades productivas, pero el liderazgo es compartido con hombres, y el 33% restante son netamente liderados por hombres tanto en las decisiones como en las actividades productivas.

Sobre el nivel educativo, también se encuentran diferencias con el promedio nacional, el 48% de los integrantes de la familia tienen algún tipo de formación terciaria.

Gráfica nivel educativo

Otra variable importante es el relevo generacional. Encontramos que 84% de los predios tienen posibilidad de sucesión, de los cuales el 25% ya están en proceso de transición, lo que significa que en el predio conviven en el trabajo al menos dos generaciones.

En cuanto a la pertenencia, la mayor parte de los integrantes de la familia viven en el predio (75%).

Variables económico-productivas

El docente de Facultad de Agronomía y coordinador del equipo productivo del proyecto, Pablo Soca, presentó los datos referentes a las variables económico-productivas.

La recopilación de la información de los últimos tres ejercicios (2017-2018, 2018-2019 y 2019-2020) muestra una superficie promedio de 530 ha, pero la dispersión de la variable es alta con un rango desde 72 hasta 3900 ha. La base forrajera de estos establecimientos criadores es principalmente el campo natural y en promedio presentan un área mejorada de 19 %. 

Son predios donde predominan los vacunos en comparación con los ovinos, a excepción de la zona norte donde hay mayor presencia ovina. Los resultados productivos también reflejan una gran dispersión.

Los índices de cría vacuna y ovina estiman el nivel de aplicación de tecnologías de manejo y control del sistema. El valor de 50 en el índice de cría vacuna significa que 50 % de los predios no implementan la propuesta de manejo del rodeo de cría de Facultad de Agronomía en cuanto a época de entore, manejo de las distintas categorías, clasificación por condición corporal, fecha de destete, diagnóstico de preñez y de actividad ovárica y otras medidas de manejo (Soca y Orscasberro, 1992).

Este índice de gestión muestra una baja eficiencia lo cual explica en parte los niveles de producción de carne y producto bruto obtenido.

La producción de carne vacuna, de carne ovina, los costos totales y los kilos de ternero destetado por vaca entorada explicaron un 80% de la variación en el ingreso neto. En la medida que aumenta la producción de carne aumentan los ingresos pero aumenta distinto según cómo se modifiquen los costos. Se observa una diversidad importante entre predios, que requiere ajustar para cada caso la “trayectoria tecnológica” más adecuada para mejorar los resultados del sistema productivo, lo cual es un desafío para la etapa de rediseño y planificación.

La renta, las pasturas, la suplementación, la sanidad y la mano de obra representan el 50 % de los costos totales, que en promedio fueron de USD 110/ha.

Comparando con otros productores que ya vienen transitando un camino de intensificación ecológica, es claro que el ingreso es mejorable lo que favorecería la sostenibilidad de la ganadería.

En cuanto a las diferencias entre zonas, se observa que la zona centro produce un poco más de que el resto. La eficiencia de la cría definida por los kg de ternero destetado por vaca entorada, es similar en las cuatro zonas. Los costos totales son similares a excepción de la zona noreste que presenta valores levemente superiores. En general, la variación intrazonal es superior a la variación entre zonas.

Reflexiones finales

Al final de la presentación de Soca, se presentaron algunas reflexiones finales. El análisis de los predios participantes del proyecto G y C, donde a excepción de la zona norte, el ovino tiene escasa participación, presentan niveles de producción de carne vacuna e ingresos netos medio-bajos y costos totales medio-altos. El porcentaje de área mejorada y de superficie arrendada condicionan los costos totales, el ingreso neto y la estabilidad de los sistemas.

El ingreso neto y la producción de carne vacuna son mejorables.

La producción de carne vacuna se explicó por la carga vacuna, los kilos de ternero destetado por vaca entorada y el índice de cría.

En el conjunto de predios, conviven grupos con limitado ingreso neto por baja producción de carne vacuna y/o altos costos totales.

Los kg de ternero destetado por vaca entorada (eficiencia de la cría) determinan la producción de carne vacuna y ovina y, por lo tanto, el ingreso neto.

En los sistemas del norte, la relación lanar vacuno y la carga animal aparecen como problemas centrales determinando una muy baja producción por animal.

El índice de cría vacuna y ovina resulta limitante. El 50 % de los vientres no se gestionan de acuerdo con las prácticas propuestas por la investigación nacional.

El cambio técnico con base en un área de pasturas mejoradas y suplementación no ha constituido una vía efectiva de intensificación en los predios analizados. Sin efectuar cambios en la gestión espacio temporal del forraje dicho proceso incrementa los costos totales, pero no la producción de carne vacuna ni el ingreso neto.

La coinnovación implica el trabajo predio a predio, no obstante, el trabajo de diagnóstico permite identificar a la gestión de la energía y la producción y el uso del campo natural como las principales áreas de trabajo futuro.

El rediseño en condiciones climáticas críticas implica un desafío central lo cual implica un fuerte trabajo interinstitucional basado en información científica y en el estado de los sistemas ganaderos.

Fuente :MGAP

Agro Avisos