Es poco probable que el Covid-19 sea transmitido a través de la carne u otros alimentos
Un comunicado reciente del Instituto Alemán de Evaluación de Riesgos BfR respecto al a la incidencia del coronavirus SARS-CoV-2 en los alimentos confirma que, hasta el momento, no existen evidencias científicamente válidas de que los humanos puedan infectarse del virus por el consumo de carne, productos cárnicos u otros alimentos.
Para que se produzca la infección por coronavirus se requiere que exista exposición al virus activo a través de alguna de las vías de transmisión (membrana mucosa de ojos, nariz, boca) y en cantidades que superen la llamada dosis infectiva. La dosis infectiva se define como el número de partículas de virus suficiente para infectar el 50% de los seres humanos adultos normales expuestos por determinada vía de contagio. Si bien la dosis infectiva del nuevo coronavirus no se conoce aún, investigadores del Imperial College London (Inglaterra) y de Columbia University (Estados Unidos) estiman que podría ser en el orden de 100 partículas de virus.
Los coronavirus no pueden multiplicarse por sí mismos, sino que requieren de un huésped (humano o animal), y por lo tanto no pueden reproducirse en los empaques de los alimentos.
En el sector alimentario, a lo largo de la cadena productiva y de comercialización, existen normas de higiene y buenas prácticas (o medidas de protección) que se exigen con el fin de minimizar el riesgo de contaminación de los alimentos con patógenos. Estas mismas medidas son válidas para la prevención de la contaminación por SARS-CoV-2.
Para protegerse de la transmisión del virus, es crucial mantener las reglas de higiene diaria recomendadas, como lavarse las manos regularmente. Asimismo, la mejor manera de prevenir el contagio de las enfermedades transmitidas por los alimentos es aplicar las 5 claves que promueve la OMS.
Esta información está alineada con los comunicados emitidos por otros organismos internacionales de referencia en materia de alimentos, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Agencia Europea de Inocuidad Alimentaria (EFSA), el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) del mismo país.
Fuente :MGAP