Inversión térmica, el enemigo invisible de la aplicación de fitosanitarios
Muchas veces escondido, este fenómeno se da en el campo a menudo, y complica la aplicación de fitosanitarios aumentando los costos de insumos
A la hora de realizar una aplicación muchas veces hablamos de los factores que afectan la correcta llegada de la gota al objetivo, y que nuestra tarea sea efectiva. Estos factores pueden ser errores comunes, como la elección de los picos, problemas de regulación de la pulverizadora, de la limpieza de la misma, de la mezcla entre productos, de la calidad del agua, deriva (con sus distintas variantes), o también meteorológicos.
De los mencionados anteriormente, hoy podemos corregir minuciosamente a cada uno, pero si nos centraremos en el factor climático, con simples herramientas tecnológicas podemos saber qué velocidad y dirección del viento tenemos, e incluso la temperatura al instante.
Existe otro que no vemos a simple vista, y que por las excesivas tareas operativas de los cultivos (falta de maquinaria principalmente) aplicamos en cualquier horario con tal de lograr realizar el trabajo.
Este invisible es la inversión térmica.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Se da al atardecer o al amanecer cuando una capa de aire caliente queda atrapada entre dos capas de aire frío y en esa capa puede haber productos en fase vapor que al cambiar las condiciones se pueden trasladar y condensar en otra parte.
Durante la noche el calor se pierde desde el suelo, especialmente en las noches despejadas, por lo que la temperatura es muy baja a nivel del suelo. Como el aire frío desciende, se mantiene cerca del suelo y los meteorólogos dicen que hay una inversión.
En esa situación a menudo no hay viento, de forma tal que las pequeñas gotitas pueden permanecer más tiempo en el aire, dando como consecuencia la aparición de nieblas o neblinas durante la mañana.
Una vez que el sol está sobre el horizonte, calentará la atmósfera de forma tal que a medida que transcurre el día el suelo está más caliente y éste, a su vez, calentará el aire y, a medida que ese aire se eleve se produce un gradual movimiento ascendente. Como consecuencia, por desplazamiento, otros “paquetes” de aire frío descienden y con ese movimiento, la atmósfera se hace más turbulenta. Con la aparición del viento se pierde la estratificación del aire que caracteriza una inversión. Por ese motivo los meteorólogos hablan de atmósfera estable o turbulenta. Las pulverizaciones agrícolas no deben hacerse bajo condiciones de calma, es decir, sin un viento leve.
Aplicaciones a la mañana temprano combinan condiciones meteorológicas deseables para una buena pulverización, como ser bajas temperaturas, velocidad del viento ideal (entre 5 y 8 km/h) y alta humedad relativa (mayor a 60% HR). Cuando una aplicación debe hacerse después de las 9 de la mañana o antes de las 7 PM, la pulverización requerirá de un poco de viento, humedad alta, y día fresco. Cuando este no sea el caso, una solución puede ser el aumento del tamaño de la gota y el volumen total por hectárea para lograr que el plaguicida llegue a la meta.
CONSECUENCIAS DE PULVERIZAR BAJO CONDICIONES DE INVERSIÓN
Como ejemplo, un avión trabaja a una altura entre 2 a 5 m, según tipo de avión, equipo aspersor y condición del viento. En una atmósfera normal el aire por encima del avión está más frío que debajo de él, en consecuencia existe un flujo descendente de aire, que junto con la aerodinámica del vuelo (“efecto suelo”) hacen que la aspersión baje en dirección al cultivo. Por el contrario, bajo condiciones de inversión, el asperjado queda flotando y las gotas continúan evaporándose y se trasladan por leves brisas de dirección variable hasta que alcanzan una zona turbulenta y caen; o cuando transformadas ya en un aerosol -e independizadas del tipo de atmósfera- viajan largas distancias.
Pedro Daniel Leiva, de la EEA INTA Pergamino explica: “Un piloto puede determinar la presencia de una fuerte inversión observando un aumento de la temperatura del aire exterior cuando su avión asciende a 30 metros de altitud. De no observarse un cambio en la temperatura del aire exterior no es garantía que no exista inversión, pero podría ser el único indicador disponible para el piloto”.
Como regla, lo que podemos hacer es agarrar la camioneta, encarar un camino de tierra y pasar a una velocidad tal que se levante polvo; si este queda suspendido por un tiempo de manera estable, estaremos frente al fenómeno de Inversión térmica y la aplicación deberá suspenderse para otro momento.
Saber interpretar este fenómeno es clave para el éxito de la aplicación de fitosanitarios. Las aplicaciones no solo no serán efectivas sobre el lote a aplicar, sino que pueden perjudicar lotes vecinos o aún peor, si las mismas se realizan en zonas periurbanas, pueden causar perjuicios al ambiente.