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Recría en estos tiempos

Recría en estos tiempos

El objetivo fundamental del manejo de la recría de vacunos en otoño e invierno es sostener niveles de producción que no limiten el crecimiento y desarrollo de los animales. Para lograrlo, la oferta de alimento en cantidad y calidad deberá ser suficiente para cubrir los requerimientos nutricionales de modo que tanto machos como hembras experimenten ganancias de peso de acuerdo a los objetivos de producción. Vale la pena recordar que, en el caso de las hembras para reemplazo en sistemas criadores, la recría temprana tiene una incidencia determinante en el desempeño reproductivo posterior. En el caso de los machos castrados, la ganancia de peso durante la recría temprana es determinante de la edad de faena pudiendo incidir en atributos de calidad de la canal y en su precio final. Adicionalmente, los terneros castrados cuyo destino es la exportación como novillos alimentados a corral, dentro de la cuota HQB 481, deberán obtener ganancias de peso que no limiten su eventual ingreso al corral de engorde (determinado por peso y edad). Para el caso de los machos enteros con destino a la exportación en pie, la rentabilidad del negocio está dada por el logro del mayor peso posible dentro de los requerimientos específicos de cada negocio, con un excelente precio del kg producido.

Para lograr una recría exitosa, los aspectos sanitarios deben ser considerados desde antes del destete por tratarse de animales susceptibles a enfermedades infectocontagiosas y parasitosis gastrointestinales. En esta etapa de crecimiento la capacidad de procesar fibra es limitada, por lo que los animales requieren una alimentación de alta digestibilidad y alta concentración de nutrientes.

A la hora de asignar pastoreo a estas categorías en recría, se recomienda prestar especial atención a los atributos de la pastura, promoviendo el consumo preferencial de hojas verdes, evitando tallos y restos secos. Dado que la recría temprana se da en otoño–invierno (momento del año en que el campo natural tiene muy bajo crecimiento), la planificación forrajera y la eventual incorporación de suplementos cobra un rol protagónico en la sincronización de la oferta de alimento y la demanda por nutrientes.

Para alcanzar los objetivos planteados, es fundamental optimizar las estrategias de manejo del pastoreo y la eventual suplementación de los animales. Conocer la disponibilidad y calidad del forraje es una condición indispensable tanto para tomar decisiones de manejo del pasto, como para determinar si es necesario suplementar a los animales y con qué estrategia. La evaluación de la disponibilidad y calidad del forraje se puede realizar en forma sencilla utilizando una regla1 graduada diseñada para tal fin. Los detalles para su utilización a campo se encuentran detallados en la Cartilla INIA Nº65 y en Revista INIA Nº 54.

Luego de un verano lluvioso, las situaciones ii) y iii) -en las cuales la calidad del forraje es limitante para que las recrías ganen peso en otoño e invierno- son muy frecuentes en campos naturales con predominio de especies de verano.

Las situaciones v) y vi) -las que presentan un balance adecuado cantidad-calidad del forraje para que las recrías ganen peso en otoño e invierno- son esperables principalmente en campos de basalto con alta proporción de especies invernales y en aquellos campos promovidos con fertilización e intersiembra de especies invernales, especialmente si han sido reservados desde fines de verano o inicio de otoño. Las situaciones i) y iv) implican carencias nutricionales severas, debido principalmente a la falta de forraje y en menor medida a la baja calidad del mismo, que pueden condicionar incluso la supervivencia de los animales. Estas situaciones ocurren principalmente en períodos de sequías severas i) y en períodos post-sequía iv).

La situación iv), de baja disponibilidad y alta calidad, puede ser también el caso de un buen otoño en un campo que ha sido pastoreado con alta carga de animales durante el verano. Esta condición puede ser una situación aceptable para el destete y la recría en otoño siempre y cuando haya una estrategia de suplementación que complemente la escasez de forraje prevista para el invierno.

Fuente INIA

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